jueves, octubre 06, 2011

Dignidad, la palabra desconocida.

La verdad, la verdad, si.


Un adiós no debe de ser interpretado como un tal vez, puede ser, ojalá , quisiera que, lo que yo desearía es que, etc.


Aprendan con un carajo a decir adiós con ganas, con deseo, con energía, y si te dicen adiós, pues ¡ACÉPTALO jooooooooooooooooooder!


Al parecer la palabra dignidad para algunas personas no tiene mucho sentido, no logran adaptarla a su vida, bueno, creo que ni siquiera saben que significa.


Ni con toda la poesía del universo hay que perder la claridad de una idea o la simpleza de una situación, no existe nada más patético que la clásica persona que se va sentida, se da la vuelta y regresa al poco tiempo pidiendo una explicación, un porqué o pidiendo perdón (ni siquiera sabe de qué).


En verdad no logro entender, será que nunca he sido así, si tengo que disculparme con alguien lo haré, en el momento y aceptaré lo que quieran decirme, si digo adiós, es como aquella canción que dice:
 ¨Cuando digo no, es no¨.


Espero que quede claro, aunque a esas personitas ni con peras y manzanas.


Meh.

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