Y todo ese viento se lleva los restos organizados de mi alma,
las gotas de lluvia dejan su marca de acido en mi piel,
intentando recolectarlas avanzo a contraviento,
deseando dejar mi forma humana para viajar al mundo onirico.
Adentrarme en los vestigios de la razón,
para fundirme con la verdad de las palabras,
con el sentido común y deshechar las imagenes
que imagine para sentirte.
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